400. Los cristianos debemos ir por el mundo con la
Biblia en una mano y el periódico en la otra.
401. Hay que humanizarlo todo: la enseñanza, la
santidad, el trabajo, la economía, la política. ¡Todo!
402. Una sociedad ha alcanzado un alto nivel de
degradación cuando protege más los huevos de águila que los embriones humanos.
Una vez alcanzada esta cota, ya todo es posible.
403. Las personas en sociedad, como los vehículos
en carretera, deben de guardar una distancia de seguridad.
404. Los cristianos
debemos ser hombres y mujeres de mundo, pero nunca mundanos.
405. Una legislación que favorece el aborto
provocado es un atentado contra los derechos primarios del ser humano
406. Una civilización sin Dios lleva en sí misma
el germen de su autodestrucción.
407. Un pueblo lleva camino de ser grande cuando,
descubre que tiene necesidades, no sólo su estómago, sino también su espíritu.
408. La vida ordinaria es el verdadero lugar de
nuestra vida cristiana.
409. Europa tiene raíces cristianas, e ignorarlo
equivale a tener borrosa la propia identidad, además de una gran laguna
cultural.
410. Una democracia que no tiene como fundamento a
Dios, no será ni justa, ni auténticamente liberadora.
411. Una democracia sin Dios se convertirá, y pronto,
en un totalitarismo con piel democrática.
412. Somos más
personas cuando nos abrimos al Evangelio y nos entregamos a Jesucristo, Señor y
hermano nuestro, verdadero Dios y verdadero Hombre.
413. Una sociedad que prescinde sistemáticamente
de Dios, por muy desarrollada que parezca, está en equilibrio inestable.
414. Hablar poco y pensar mucho. Hablar poco y
escuchar mucho. Hablar poco yy hacer mucho. He aquí la receta para que nuestra
sociedad gane en profundidad, en convivencia y en eficacia.
415. Una sociedad que, con sus leyes, se pone por
encima de la Ley de Dios, se convierte en una fábrica de sin vergüenzas,
viciosos y criminales.
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