sábado, 8 de marzo de 2014

FRATERNIDAD




912.  Los pobres son nuestros hermanos más pequeños


913.  La fraternidad vivida garantiza la sinceridad en el diálogo


914.  A veces, una gran ciudad es un gran desierto en el que te sientes más solo que la una.


915.  A pesar del teléfono, de la radio, de la televisión, de Internet y de otros inventos, el mundo es un gran palacio de incomunicaciones, cuyo mejor presidente podría ser un ciego sordomudo


916.  El amor a Dios y el amor fraterno romperán todas las fronteras y la tierra será un solo pueblo que vivirá en la verdad, en la libertad, en la justicia y en la paz verdaderas.


917.  Cuando estamos unidos con Dios y con nuestros hermanos, los desprecios de los enemigos, aunque éstos sean poderosos, llegan a divertirnos.


918.  La calle del orgullo lleva a la avenida de la incomprensión y ésta desemboca en la plaza de la ruptura.


919.  ¿Sientes soledad? Ama con todo tu corazón a Dios y a todo hermano que encuentres en tu camino, y tu soledad se desvanecerá como la niebla


920.  Compartir la fe es lo que más une los corazones.


921.  El mundo es como un inmenso archipiélago. Los hombres somos como islitas rodeadas de Dios por todas partes. Bienaventurado el que sabe tender puentes.


922.  Ha llegado la hora de proteger eficazmente a los más débiles.


923.  Aunque los cuerpos estén muy juntos, puede haber abismos de separación entre las almas.


924.  Padre, enséñanos a descubrir que somos hermanos, porque somos hijos tuyos.


925.  ¿Hay algo más incivil que una guerra civil, en la que ambos bandos se odian fraternalmente? Pero es que toda guerra, aunque sea una guerra mundial, es también una guerra civil y fratricida. Porque todos somos hermanos, hijos de un mismo Padre.




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