1212. Los buenos oradores son como los buenos
púgiles. No se gastan energías dando golpes al aire. Saben emplear bien la
inteligencia y los puños, la fuerza de la razón y la contundencia de los
argumentos. Y así, suelen dar pocos golpes, pero certeros y demoledores.
1213. Si tienes que dar avisos, dalos con tal
claridad que no sólo se entiendan, sino que no puedan entenderse de otra
manera.
1214. Una cosa es ser lenguaraz y otra ser
comunicativo. El charlatán dice palabras, palabras, palabras. El orador dice
cosas.
1215. El lenguaje es una herramienta de
comunicación, no un hacha de guerra para descalabrar al discrepante.
1216. hay maneras y maneras de decir las cosas.
Esto es lo que distingue a los diplomáticos de los que no lo son.
1217. Los fanáticos defienden sus ideas con
puñales, pistolas y bombas. Los inteligentes, con la palabra y la pluma.
1218. Las guerras no arreglan las cosas, porque las
balas y las bombas vencen, pero no convencen.
1219. A algunos los han educado para no hablar con
la boca llena, pero no los han educado para hablar con la boca vacía.
1220. La palabra nos permite ser más libres. ¿De
qué le sirve a uno tener libertad de expresión, si no sabe expresarse?
1221. El lenguaje es una herramienta multiuso.
1222. ¡Qué difícil es hablar bien cuando hay que
hablar, y callar cuando hay que callar! Fácilmente nos vamos de la lengua, y
hablamos cuando debemos callar, o de pronto nos quedamos mudos, y callamos, por
interés o por miedo, cuando deberíamos hablar.
1223. Si hablásemos la mitad de lo que hablamos,
cometeríamos la mitad de errores. Si hablásemos veinte veces menos, apenas
cometeríamos errores. Si no hablásemos nunca, cometeríamos un grandísimo error.
1224. Describir es pintar con palabras.
1225. Una buena comunicación hace más feliz nuestra
vida.
1226. Quien intenta apagar con gasolina un
incendio, por supuesto que no sirve para bombero. Pero, todavía menos, para
diplomático
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