1328. Una rectificación a tiempo puede evitar que
tengamos que lamentar durante toda la vida un error cometido.
1329. Nuestras palabras deben estar medidas y
pesadas en la balanza de precisión de la prudencia.
1330. Dice un proverbio árabe: “Eres siervo de la
palabra que dices y señor de la que callas”.
1331. El sabio sabe muy bien lo que tiene que decir
y sabe todavía mejor lo que tiene que callar.
1332. “El que al cielo escupe, en la cara le cae”.
Si algunos recordaran este refrán, antes de blasfemar se lo pensarían dos
veces.
1333. No permitas que en tu vida lo urgente se coma
lo importante.
1334. No es falta de caridad, sino prudencia, el
desconfiar de quienes emplean el terror y la violencia para imponer sus ideas.
Dime qué métodos empleas y te diré quién eres.
1335. No conviene hurgar en las heridas, a no ser
que se hayan cerrado en falso.
1336. No digas todo lo que sabes, no hagas todo lo
que puedes, no creas todo lo que oyes, no gastes todo lo que tienes. Porque el
que dice todo lo que sabe, el que hace todo lo que puede, el que cree todo lo
que oye, el que gasta todo lo que tiene, muchas veces dice lo que no conviene,
hace lo que no deba, juzga lo que no ve y gasta lo que no puede. Es un
proverbio árabe. ¿Te gusta?
1337. El buen estratega no abre frentes
innecesarios.
1338. Quienes alegremente se meten en la ocasión
peligrosa son como quienes se pusieran a bailar un vals en un bello jardín
sembrado de minas.
1339. De la prudencia a la mediocridad no hay más
que un paso.
1340. No se puede ir por la vida amando solo con la
cabeza, como tampoco se puede ir con un corazón desbocado. Cada cosa en su
sitio: la cabeza sobre los hombros, el corazón en el pecho.
1341. ¿Por qué ves ciertas películas, ciertos
programas? ¿Qué consigues con ello? Que tu carne se alborote y tu espíritu se
turbe.
1342. Persona sabia y prudente no es la que no
comete errores, sino la que comete cada vez menos.
1343. La prudencia cristiana no es otra cosa que el
sentido común iluminado por la fe.
1344. Una buena retirada a tiempo equivale a una
victoria.
1345. La prudencia no tiene nada que ver con la
indecisión.
1346. Generalmente pecamos con la lengua porque no
pensamos lo que decimos o porque decimos lo que no pensamos.
1347. Nuestro corazón muele lo que le echemos.
1348. Las personas brillantes, pero con intenciones
oscuras, suelen resultar muy peligrosas.
1349. Nada hay nuevo bajo el sol, pero cuando el
tiempo está nublado, algunos incautos suelen dejarse fascinar por cualquier
cosa que tenga visos de novedad.
1350. Es de tanto valor la palabra, ya sea escrita
o hablada, que debe ser medida y pesada con estos instrumentos de alta
precisión: objetividad, respeto, prudencia y amor.
1351. El hombre sabio prefiere prevenir las
enfermedades a tener luego que buscarles remedio.
1352. Llorar hoy por lo que puede ocurrirnos mañana
es una forma lamentable de perder el tiempo.. ¡Cuánto mejor sería discurrir hoy
para no tener que llorar mañana!
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