1468. Hay una ética de la palabra y del silencio.
Así como daremos cuenta de toda palabra ociosa, también daremos cuenta de todo
ruido innecesario y de no haber sabido hacer silencio para escuchar a Dios y a
nuestros hermanos.
1469. Aprende a hacer silencio dentro de ti mismo.
1470. Los silencios son también música y el
silencio puede ser más elocuente que las muchas palabras.
1471. Todos necesitamos retirarnos de cuando en
cuando a la cueva del silencio.
1472. María es la mujer del silencio y de la
escucha. ¡Cuánto podemos aprender de Ella!.
1473. Una buena palabra es plata. Pero un buen
silencio es oro puro.
1474. Si pusiéramos en un platillo de la balanza
todas las palabras del mundo y en el otro el silencio, probablemente éste pesaría
más.
1475. En esta sociedad nuestra tan llena de ruidos,
casi siempre estridentes y molestos, el poco silencio el que disfrutamos se ha
convertido en artículo de lujo, y, para los espíritus selectos, en la mejor de
las músicas.
1476. El canto es la música con la que el alma
alaba a Dios. El silencio es la melodía con la que Dios se comunica al alma.
1477. Después de padecer ruidos incesantes y
ensordecedores, valoramos mucho más el silencio. Los ruidos no nos dejan
pensar. El silencio nos invita, y hasta nos empuja a ello.
1478. Hemos perdido el silencio. Cuando lo
recuperemos, progresaremos mucho más en todos los órdenes de la vida.
1479. La dimensión del silencio y del recogimiento
interior es hoy más necesaria que nunca en un mundo tan trepidante como el
nuestro.
1480. El coeficiente intelectual suele ser
directamente proporcional a la capacidad de soledad y de silencio.
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