viernes, 24 de febrero de 2012

PRÓLOGO



Antorcha, sí, encendida


Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio, y que te sea agradable, Señor, Dios Nuestro.


En la recitación de esta antífona, primeras vísperas del domingo primero de Cuaresma, puede encenderse la ANTORCHA apretada, que, día a día, con serenidad y paz, ha ido preparando artesanalmente el querido Padre José Luis Rey repiso.


Son las suyas frases meditadas y, por lo mismo, regadas con anterioridad en el clima de fruición y de gozo. Tienen, se advierte,hondas raíces ignacianas y van armonizando, a lo largo y ancho de un tejido bien trenzado, fe y justicia, amor a Dios y a los hermanos, ilusión y esperanza, confianza y deseo, aspiraciones y logros. En la brevedad de las mismas es fácil descubrir, a su vez, la profundidad del pensamiento que las articula preciosamente y el bello decir de quien tiene experiencia de buen comunicador.


Chispa y chiste llegan a atisbarse en muchas de ellas. Son sal y pimienta, como en las mejores viandas de casa para el camino.


Y es que el Pare Jose Luis Rey Repiso da a entender algo evidente: que nuestro paso por la vida discurre minuto a minuto y que, por lo mismo, todos los pasos son importantes. De ahí que hayamos de darlos sin miedo alguno a tropezar y con cálculo bien meditado. Ajustando el pie en terreno firme, consolidado y llano.


Pensamientos para caminar mejor: subtitulado logrado, si se piensa en que la andadura - lo atestigua quien "ha andado harto del camino la noche antes con harto frío", y se ha movido sabiendo que "con menos ruido mejor se halla por los caminos". (La apreciación es de Santa Teresa). Es alguien que, dejándose conducir en determinados momentos, ha ayudado a moverse a muchos, con empuje fuerte.


Ojalá sirva la publicación de estos dulces de bolsillo para hacer más llevaderos senderos "harto cansosos" de muchos jóvenes de hoy y senderos muy penosos de otros muchos que llevan sobre sus hombros una carga pesada. Por múltiples razones, que conocemos todos.


Antorcha es luz resplandeciente que arde y hasta puede quemar las manos. Ojalá estas páginas respondan al propósito de su autor. Se atisba en el dibujo labrado de las frases concisas, precisas y logradas en este portador de una luz, de un tesoro: la fe en Jesucristo.


Rafael Palmero Ramos
Obispo de Orihuela-Alicante









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